13.5.09

Ir al Rio

Los sábados nos reunimos en el río; amamos recostarnos en el pasto y disfrutar del sol, nos relajamos bajo el árbol que guarda en sus flores nuestras angustias y deseos.
Durante la semana escribimos nuestros pensamientos en las hojas de la mente y en el encuentro los liberamos con el fluir del agua.


Lo curioso es que en ciertos días mi cara refleja alegría; por el contrario, la de Ana nunca deja de transmitir preocupación. Aunque la semana pasada la noté tranquila, estaba distinta, saltaba en la orilla mojando la punta de sus dedos, extendía sus brazos hacia el cielo y cantaba, feliz. Se movía tanto que su vestido parecía cobrar vida.
Mañana nos correspondería reencontrarnos aquí, vine al sentir la necesidad de oír el correr del agua e imaginar mis palabras sumergidas ahí.
Presiento que Ana no vendrá. Su sombrero olvidado y empapado está humedeciendo el pasto donde estoy acostada mirando el río.

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