23.6.09

Caminando a ciegas, Viajando despierta

Día tranquilo: poca acción mental y física. Aun así, las ganas terribles de llegar a casa para andar descalza, comer algo y relajarme en mi cuarto, hacen que camine-corra hacia el subte, el cual me queda a tres cuadras…no tengo nada que me apure, solo la costumbre de la vida acelerada q todos llevan, y yo no soy excepción.
Paso la tarjeta y de manera desesperada mis manos inspeccionan cada rincón del morral, que a causa de la velocidad de mis pies al bajar las escaleras, parece tomar vuelo. Mis dedos sondean la música, encuentran el mp4 y recién ahí, mis pulmones vuelven a llenarse de aire.
Para que apurar cuando puedo caminar, explorar el lugar o dejar que mi cara disfrute (aunque estemos en días bastante fríos) de esas brisas que surgen en lapsos espaciados, pero parecen nutrir mi piel
?
Por qué, haciendo esta critica, es que no cambio algo tan simple
?

Sin embargo, me tomo el tiempo de analizar los detalles de la cotidianeidad cuando me encuentro definitivamente dentro del subte. Miradas se cruzan y dialogan entre pestañeos diciendo que el cuerpo esta reventado, los oídos aturdidos y la cabeza quemada.
Si vivimos como maquinas, corriendo de un lado a otro porque sentimos que el tiempo jamás alcanzará para hacer todo lo debemos; y vemos cada parte de la vida como un tramite mas…estamos perdidos.
Podemos soportar la rutina y todas las molestias que ella acarrea. Esos gestos de intolerancia, impaciencia, agotamiento y aburrimiento, deben ser abandonados para poder focalizar nuestras mentes en lo que es verdaderamente importante, en aquello que nos motiva a seguir vivos.

15.6.09

HHH

Quiero meterme en otro cuerpo y ver desde afuera lo que soy o parezco ser.
Las sensaciones y pensamientos dejan de ser cuando se las nombra, se las explica, se les intenta dar vida. La necesidad de transmitir fielmente lo que vivimos es irrealizable: el significado de la palabra muere en el momento en que usamos su designación creyendo que los demás entenderán lo que queremos expresar.
Y aún así, escribimos, cantamos.
Quizás al plasmar las ideas en una hoja, al dar melodía a par de versos, es que sentimos posible el deseo de translucir gran parte de lo que tenemos dentro de nuestras mentes.

10.6.09

Los de la Calle

Viaje de aproximadamente una hora para realizar la combinación de subte D y C, y llegar a Constitución. Caminé unas 6 cuadras y me topé con una edificación cubierta completamente de graffiti y vivos colores.
Toque el timbre al lado de la puerta de chapa violeta y me atendieron: una chica simpática y de rulos preguntó mi nombre e intención de visita al lugar. Le contesté, pero mis palabras no tuvieron sonido: los chicos recién desayunados corrían y gritaban entre los pasillos.
Subí las escaleras observando cada uno de mis pasos hasta que levanté la mirada y encontré jóvenes desesperados por recibir ropa limpia y nueva para ellos. Otro acababa de ducharse, con gran sonrisa y pelo húmedo pidió crema de enjuague para ‘ponerse fachero’, mientras acomodaba el cuello de su camina en señal de orgullo por su apariencia exterior.
Las paredes despintadas y pisos en mal estado no parecían ser considerados por los habitantes del lugar. Sus caras irradiaban asombro, relajación y un sentimiento de pertenecer a algo que hace que sus vidas tomen un poco de color.
Se abre una puerta. Aparece Gutiérrez, con vestimenta y modo informal dejando que su voz pacifica escapara de su barba y bigote exuberantes. Nos saludamos y recorremos la mas angosta escalera que vi hasta el día de hoy. Llegamos a su ‘oficina’: un espacio de 2x2, con 5 sillas de madrea, estantes con cajas, un tacho diminuto y una mesa casi inexistente soportando sólo una carpeta con pocos folios, una lapicera y un cenicero con un porro consumido a medio camino.
Nos sentamos y comenzó la charla. Gutiérrez explicó que la tarea que se realiza en el establecimiento demanda un importantísimo compromiso, gran exigencia y por sobre todo, “te absorbe mucho la cabeza”. “Tenemos una constancia en supervivencia, lucha y trabajo” dijo con mucha entereza. Hace doce años que está aquí y cinco como vicedirector. 28 personas son las que aportan su formación, capacitación, experiencia e intachable vocación; obteniendo salarios bajos, trabajando a su vez en otras esferas, recibiendo agresiones verbales y/o físicas pero también, abrazos, deseos, confidencias y sonrisas.




Gutiérrez es el vice-director de CAINA (Centro Integral de la Niñez y Adolescencia), que asiste a chicos de la calle que traen consigo vivencias horrorosas como violaciones, abusos de la policía, poca contención familiar, adicciones, intervenciones, frío y hambre.

CAINA les da:
Desayuno, almuerzo y merienda; ropa y duchas
Talleres y actividades recreativas que despejan las situaciones de vulnerabilidad que viven, devolviéndoles parte de su infancia perdida
Ayuda psicológica y jurídica
Contención, dedicación y afecto

Aquellos chicos que la sociedad margina, son los que buscan una salida a la vida. Voluntariamente ingresan al CAINA, y con gran esfuerzo dejan los temores que acarrean para abrirse hacia personas con un enorme deseo de aportar todo de si, por ellos. Por los Chicos de la Calle.


8.6.09

Mi lugar es Otro

Dice que soy desagradecida, que no valoro nada, que sólo sé tirar mala onda, que me cago en mi familia.
Ellos viven allá, yo acá. Mi vida está acá, mis cosas, mis intereses, mi facultad, mis amigos, todo…menos ellos.

Los veo de vez en cuando, fines de semana largos y algún que otro finge ‘común’. Pero no puedo vivir viajando, necesito sentirme parte de un lugar y mi lugar hoy, es este.
Claro que los quiero, mi familia es todo para mí. Mas allá de ciertas discusiones, la gran mayoría de los días los disfruto: cada uno de mis hermanos tiene ‘esa cosa’ que los distingue: ciertas imperfecciones y también cualidades, todas ellas logran un balance interesante en el grupo. Aun así, con todo ese amor que se vive, mi lugar es otro.
Estoy feliz de haberme criado ahí, sin embargo nunca me sentí completamente cómoda: Amo el anonimato que Buenos Aires me da, adoro la cultura que siempre se encuentra y la independencia que tanto disfruto.


¿Cómo hacerlos entender que mi decisión no va en contra de ellos, pero sí, orientada hacia el camino que quiero tomar, hacia eso que tanto tiempo espere?